Publicado en El Espectador, Septiembre 8 de 2016
El debate sobre la paz superó el nivel
de enfrentamiento entre marcas de detergentes y ya se ventilan argumentos.
No me detendré en la campaña de la
oposición, que no apoyo: lo que han faltado son dudas, y autocrítica. Aún sin
acusaciones de belicosidad, el proselitismo del Sí sigue siendo simplista.
Dejusticia concluyó que cambiando la ortografía a PlebiSíto, se podrían ganar
votos. Esta ingenuidad resume una falencia común: suponer que quienes no
comparten un punto de vista son ignorantes o despistados que comprenderán una
verdad irrebatible cuando se la mastiquen y adornen con giros o diseños chuscos.
Pensar que sólo la oposición está desinformada es no ver la viga en el ojo propio;
una decisión trascendental no puede ser tan simple y sin dilemas. Para algunos,
estos acuerdos a puerta cerrada son el summum de la política. Daniel García
Peña anota sin reticencias que “mejor imposible” y Juan Gabriel Vásquez afirma que nunca “había sentido un logro tan
colectivo”.
Un avance definitivo fue entender que la
intransigencia no es exclusividad furibista. Juan Esteban Constaín señala los “delirios”
que impiden dialogar. Claudia Morales también ve fanatismo a ambos lados, pero
entiende que algunas personas votarán No. Sin atacar oponentes, Rodrigo Uprimny
ha tratado de explicar los alcances de la justicia transicional. Héctor Abad anota
que aprecia y respeta familiares opuestos a los acuerdos y a lo que él está
dispuesto a aceptar: “una alta dosis de impunidad a cambio de verdad”; nadie
más abordó la incómoda comparación con el veto a cualquier negociación con ETA
en España. Hernando Gómez Buendía desmenuzó los acuerdos para “una paz bienvenida
y amarga”. Estos esfuerzos razonables a favor del Sí casi los borra de un
plumazo el presidente con la entrevista concedida a un medio internacional: sus
compañeros de élite –“yo pertenezco a ella, soy miembro de los clubes más
exclusivos de la capital”- se dejan desinformar; el odio y la envidia son las
motivaciones de sus rivales y él reza todos los días contra eso. Con semejante
liderazgo para unas reformas contra la desigualdad, sobra la oposición.
La campaña a favor de los acuerdos
debió quedar en cabeza de su principal artífice, en solitario. De la Calle
acepta imperfecciones, hace pedagogía, pero admite que “los colombianos saben
lo que van a votar”. No endosa el “obvio, por supuesto, sin dudarlo” totalmente
absurdo ante una situación compleja y con riesgos. Los incondicionales del Sí han
ignorado olímpicamente la incertidumbre que rodea esa decisión. José Fernando
Isaza recurre a la analogía de una apuesta, pero pretende que “votar que no se
acepta el acuerdo equivale a que se reinicie la guerra del Estado contra las
FARC”. Todo un científico, le asigna a ese temible evento altísima
probabilidad, así las FARC aseguren lo contrario. María Isabel Rueda, abogada,
reconoce mejor los imponderables: “voy a votar Sí, aunque el futuro sea tan
impredecible como los terremotos”.
El gobierno evadió la discusión del
plan B tal vez porque el No, aunque arriesgado, es una jugada astuta, de tahúr
de póquer, ante los bajos chances de que las FARC reanuden sus ataques. Daniel
Mera Villamizar argumenta que al gobierno le convendría perder el plebiscito.
Esa hoja de ruta podría ser solo ligeramente más incierta que suponer -con el
área cultivada de coca y el ELN expandiéndose- que las FARC dejarán las
armas, perderán las elecciones y
se irán tranquilamente para sus casas.
La involuntaria pero magistral
secuencia de zanahoria en pequeñas dosis durante cincuenta largos meses tras
dos cuatrenios de implacable garrote trajo un resultado que nadie imaginó:
curtidos combatientes ablandados, casi civilizados, afirmando que no
reiniciarán la guerra aunque se rechacen los acuerdos, declarando cese de
hostilidades indefinido antes del plebiscito y justificando abusos por “razones
jurídicas”. No solo la rotunda transformación del escenario internacional va
las nuevas hostilidades: basta ver las entrevistas a Timochenko para percibir
una metamorfosis radical. En lugar de capitalizar este extraordinario logro, el
gobierno y su coro prefirieron remedar a la oposición metiendo miedo,
sugiriendo que el agobiante proceso no tuvo ninguna repercusión sobre la
guerrilla, ni los militares; todo bajo la retórica del diálogo como rito
democrático fundamental. Lo pedagógico, honesto, coherente y eficaz hubiera
sido pregonar que sentarse a negociar sí da frutos, reconcilia, hasta calla
fusiles y desarma espíritus de guerreros arcaicos, como los comandantes
sesentones de las FARC. Precisamente para celebrar y destacar el efecto
pacificador del intercambio respetuoso de opiniones, el proceso merece un
espaldarazo ex post.
Abad Faciolince, Héctor (2016). “Ya no me siento víctima”. Babelia, El País, Ago 27
Constaín, Juan Esteban (2016). "Diagnóstico imposible" El Tiempo, Ago 24
Constaín, Juan Esteban (2016). "Diagnóstico imposible" El Tiempo, Ago 24
García-Peña, Daniel (2016). “Mejor imposible”. El Espectador, Ago 29
Gómez Buendía, Hernando (2016). “Una paz bienvenida y amarga”, El Espectador, Sep 2
Isaza, José Fernando (2016). “La apuesta”. El Espectador, Ago 31
Lafuente, Javier (2016) “Una justicia perfecta no permite la paz” Entrevista a Juan Manuel Santos, El País, Sep 4
Medina, Medófilo (2016). “Entre el sí y el no: una visión de las dos campañas”. Razón Pública, Sep 5
Mera Villamizar , Daniel (2016). “Renegociar con las Farc le convendría al gobierno”. El Espectador, Ago 19
Morales, Claudia (2016). “Sí, a pesar de todo”. El Espectador , Sep 1
Restrepo, Álvaro (2016) “El No y la vergüenza planetaria: el plebiSÍto”. El Espectador, Sep 5
Rueda, María Isabel (2016). “Por qué votaré Sí”. El Tiempo, Sep 4
Uprimny ,Rodrigo (2016). “Cárcel, justicia y paz”. El Espectador , Sep 3
Wallace, Arturo y Natalio Cosoy (2016). “Nunca en mis 43 años de vida me había sentido tan orgulloso de Colombia como en este momento" Entrevista a Juan Gabriel Vásquez, BBC Mundo, Sep 2
WRadio (2016) “Los colombianos saben lo que van a votar: De la Calle”. wradio.com.co, Sep 5
WRadio (2016) “Los colombianos saben lo que van a votar: De la Calle”. wradio.com.co, Sep 5