Publicado en El Espectador, Septiembre 15 de 2016
EE (2016). “La guerrilla paralizará comercio, vías y otras actividades diarias, para celebrar los 36 años del Frente Domingo Laín”. El Espectador, Sep 11
K&K (2016) “Farc podría matar a secuestrados, dice Herbin Hoyos”. KienyKe, Marzo 14
Reyes, Alejandro (2016). “El estratega de la negociación”. El Espectador, Sep 10
Reyes, Gerardo (2007). Nuestro hombre en la DEA. Bogotá: Planeta
Rubio, Mauricio (2013). "Colombia: Coexistence, Legal Confrontation, and War with Illegal Armed Groups" en Casas-Zamora, Kevin (2013). Dangerous Liaisons. Organized Crime and Political Finance in Latin America and Beyond. Washington DC: Brookings Institution Press. pp 76-106
______________ (2014). "El Gallino y los gringos ante los rehenes" El Espectador, Sep 17
_____________ (2014) “La guerra del secuestro”. El Espectador, Dic 3
El secuestro es un talón de Aquiles del
proceso de paz, y del plebiscito. La idea de dialogar con rebeldes como “gran
oportunidad de transformación” del país surgió en los ochenta. Alguna vez,
criticando la mesa del Caguán, propuse compararla con la negociación de un
secuestro que abarcara no sólo el rescate sino el manejo de asuntos familiares.
La analogía sirve contra la pedagogía insultante y pueril de “guerra, paz, amor
y odio”; invita a tomar en serio lo difícil que ha sido este proceso con
curtidos extorsionistas para las víctimas de secuestro. Muchas perdonaron y aceptan
la reinserción; reconocen la necesidad de redistribución, inclusión política y
social, pero rechazan que sus plagiarios lideren debates políticos. No soportan
la semejanza entre las concesiones del gobierno y lo que enfrentaron sus
familias al pagar un rescate.
María Claudia Saffon, fervorosa
creyente en la renovada nación posconflicto, alega que la guerrilla también cedió,
una anotación tan oportuna como recordarle a parientes de un rehén que las
exigencias iniciales estaban bien por encima de lo finalmente pagado. Lo irritante
fue el regateo político, a puerta cerrada, con chantajistas electoralmente exiguos.
El conflicto tuvo complicaciones
inimaginables que este proceso sepultó con tierra. Así como no pudimos acumular
conocimiento colectivo para negociar con secuestradores, no logramos que la paz
fuera política de Estado en lugar de iniciativas presidenciales aisladas que
explican el actual rifirrafe. El único hilo conductor es “guerra a los narcos,
diálogo con los rebeldes”. Hubo decisiones cruciales reactivas, poco pragmáticas,
con descarada intromisión del Tío Sam y súbitas volteretas. Con más soberbia
que realismo y respeto a la sentencia de la Corte, el gobierno amenaza que si
pierde el plebiscito volverá la confrontación.
No sería el primer giro de 180º. Tras
cederle a Pablo Escobar un artículo de la Constitución por entregarse y luego fugarse
de su Catedral, vino una vergonzosa alianza de fuerza pública, agencias
norteamericanas, narcos y paramilitares, sin que el pacifismo protestara.
Recoletos fue otro viraje: un pacto de no agresión con el Cartel de Cali, corrupción
política tradicional, que los mismos gringos cómplices de la sangría de los
Pepes sabotearon, como antes hicieron abortar conversaciones con quienes
ofrecían dejar el tráfico de cocaína a cambio de impunidad; los jugosos
arreglos se hicieron después, individualmente, en beneficio de la justicia norteamericana.
Los afanes para apaciguar o desmantelar organizaciones criminales, todos por la
paz, no tuvieron agendas ambiciosas. ¿Qué tal haber discutido política de
vivienda con Escobar o profundización financiera con los Rodríguez Orejuela? El
pacto de Ralito sí provocó indignación entre quienes aplauden estos ambiciosos
acuerdos. Solo violentos de izquierda tienen estatus político.
En el boom del secuestro alcancé a
planear con mi esposa cómo negociaríamos un rescate. No anticipamos, ni
habríamos aceptado, discutir con los captores la necesidad de estudiar más, o
subdividir el apartamento, para mejorar nuestras finanzas; transar bajo amenaza
tiene límites. Alejandro Reyes afirma que en este proceso se mantuvieron “las
líneas rojas de lo que no era negociable”, pero esa difusa frontera fue personal,
arbitraria, y secreta. Existen enormes discrepancias individuales en esa
percepción subjetiva, que no fue la de una víctima de secuestro, como
demostraron familiares de los diputados del Valle. Entre incondicionales del Sí
se destacan por su generosidad dos grupos tan minoritarios como vociferantes: quienes
no comparten con los violentos sus métodos pero sí la obsesión por derrocar el
sistema, y las élites que esperan sacarle el jugo al rediseño del país. Son el
reverso de la medalla del furibismo, y entre ambos pervirtieron el debate.
El ELN decreta cese de actividades y
secuestra en varios departamentos; gobierno y pazólogos callan, pero tocará
negociar con esa guerrilla que, dice la doctrina, tampoco será derrotada.
Estudiaremos su proyecto político, se escribirá una historia más petrolera del
conflicto y refundaremos la sociedad, con fe similar a la ya extinguida del 91,
y a la que ahora permite sentirnos al final de una guerra civil que
oficialmente nos recordaron que existía.
Para elenos y los que surjan, serviría
dejar montada la mesa en La Habana: los beneficios fueron palpables. El proceso
mismo -disertar largo sobre muchos temas- ablandó guerreros: se educaron, o los
agarró la manigua, pero dejaron de tratarnos como rehenes y empiezan a pedir perdón.
Por esta razón, y porque los acuerdos contienen lo crucial –se liquida la
guerrilla más vieja del mundo- reitero mi apoyo al Sí, sin grandes expectativas
ni temores. La hoja de ruta acordada no llevará al castrochavismo: enfrentará
la farragosa realidad nacional, hordas de leguleyos empantanándola con tutelas,
corrupción, toneladas de droga y hasta paros armados con justa causa. Ojalá el
nuevo Fiscal rescate rescates escondidos y despeje inquietudes sobre los
últimos secuestrados en poder de las Farc, los rehenes de la paz.
Dibujos en alambre de Frank Plant
Criollo, Olga Lucia (2016). ““Hace 9 años no lloraba como lloré el sábado”: Fabiola Perdomo sobre encuentro con Farc”. El País, Sep 9
EE (2016). “La guerrilla paralizará comercio, vías y otras actividades diarias, para celebrar los 36 años del Frente Domingo Laín”. El Espectador, Sep 11
_______________(2016). “Los alcances del paro armado del Eln”. El Espectador, Sep 12
K&K (2016) “Farc podría matar a secuestrados, dice Herbin Hoyos”. KienyKe, Marzo 14
Reyes, Alejandro (2016). “El estratega de la negociación”. El Espectador, Sep 10
Reyes, Gerardo (2007). Nuestro hombre en la DEA. Bogotá: Planeta
Rubio, Mauricio (2013). "Colombia: Coexistence, Legal Confrontation, and War with Illegal Armed Groups" en Casas-Zamora, Kevin (2013). Dangerous Liaisons. Organized Crime and Political Finance in Latin America and Beyond. Washington DC: Brookings Institution Press. pp 76-106
______________ (2014). "El Gallino y los gringos ante los rehenes" El Espectador, Sep 17
_____________ (2014) “La guerra del secuestro”. El Espectador, Dic 3
______________ (2015) “Guerra a los narcos y diálogo con los rebeldes”. El Espectador, Abr 29