Publicado en El Espectador, Agosto 11 de 2016
Edilberto Barreto, el “mejor polvo del
llano”, es el caso extremo, descarado, del macho que no responde por sus hijos
y al que, torpemente, nos hemos acostumbrado.
Acaban de hacerle otra entrevista a
este especímen que debería generar una pequeña fracción de las reacciones que
provoca cualquier balbuceo del procurador, siempre con turbas de analistas
criticándolo. El aullido cavernícola de Barreto, que hace palpable el trecho
que falta para la sociedad medianamente civilizada que estamos repensando, pasa
bajo un silencio desconcertante. Trogloditas como este ganadero para quien
“domar potros, caballos y yeguas es lo mismo que enamorar a una mujer” causan
estragos que no pueden ignorarse. Al lado de esta afrenta, los micromachismos
urbanos o el “mansplaining” –el reflejo varonil de hablarles a compañeras o
colegas con tono paternal- son arandelas.
El líder del Movimiento Machista
Colombiano (MMC) es una mala parodia de macho alfa. No alcanza a representar al
patriarcado, ni siquiera a los primates que acaparan hembras, preocupándose por
ellas y sus crías. Barreto es un indómito sexual y, a la vez, un absoluto
zángano. Su modelo es el semental bovino: el hato a disposición, pero con pastos,
concentrado y vacunas suministrados por un tercero, en su caso una entidad
pública. “Los que somos cabeza de varios hogares no tenemos protección” se
lamenta, pidiendo que el Estado “se haga cargo de los hijos que no alcanzamos a
alimentar nosotros”.
Con 64 años, tres matrimonios e
incontables mujeres, tiene “como catorce” hijos, cifra susceptible de aumentar.
“Algunos tenemos palito pa las mujeres”, alardea en el último reportaje, aclarando
que no es violento. Se volvió prudente tras una acción penal por recomendar
golpear a la pareja sin dejar marcas. “No conviene que la moza de uno ande con
morados en la cara”, advirtió alguna vez. Es revelador que esa demanda, interpuesta
por Iván Cepeda, haya sido por decir lo que no tocaba, el pecado mortal
nacional; las conductas punibles con las que fanfarroneaba son secundarias, y parecen
no haber sido investigadas. Su pesadilla son las jueces que lo persiguen con
demandas de alimentos, según él injustas: “que haya equidad, que apliquen la
ley, no la venganza”.
Tipejos como este no encajan en la
doctrina de los conflictos de género. Sería un desatino asimilar este nefasto
personaje a un producto de la cultura sin refinar el diagnóstico de su
patología. Barreto vive sólo y asume las labores domésticas, no quiere una
mujer a su servicio; la amante de turno deja claro que lo es voluntariamente.
Sobre el aborto, avalaría sin reparos el lema “es tu cuerpo, decide tú”, que
pregona para la contracepción. Su pretensión no es que algún cura o pastor
inculque y refuerce valores patriarcales religiosos, que lo encartarían. Predica
algo más básico: imitar a los animales. “Yo tengo aquí cincuenta novillas y les
tengo un toro, no más; el patio de las gallinas está lleno de gallinas y les
tengo dos gallos, y nunca ve uno una escena de celos… El machismo no es una
cuestión cultural, es el ordenamiento natural. ¿Por qué tanta saña contra el
hombre que ejerce la hombría?”
Militantes del MMC se reúnen para
hablar de caballos, toros, gallos y mujeres; se declaran minoría perseguida por
la ley, y se organizan para defender sus derechos. Son como bestias legalmente
astutas: machos rudos y primitivos que asimilaron bien la Constitución del 91. Pretenden
que el fisco subvencione su inclinación al sexo sin cortapisas ni
responsabilidades. No demoran en señalar una conexidad con el libre desarrollo
de la personalidad y protestar porque las mayorías intenten imponerles valores
conservadores.
El dolor de cabeza de Barreto, la
inasistencia alimentaria, también lo es de nuestra justicia, por número de
expedientes, que siguen aumentando. Somos el lugar del mundo en donde nacen más
niños por fuera del matrimonio, y eso no debe ser motivo de orgullo. Con
ninguno de los indicadores disponibles de machismo por países, Colombia está
peor en el ranking mundial. No existe ese dato, pero es probable que seamos
líderes internacionales en madres que persiguen judicialmente a quienes
deberían aportar para la crianza. No basta con aceptar y celebrar arreglos de
pareja no tradicionales y, como Barreto, exigirle al Estado que se
responsabilice de los menores. Las indignadas protestas por la desnutrición
infantil aguda, rara vez mencionan a los padres, que deberían tener velas en
esos entierros, en primera fila. Liberar de obligaciones a los progenitores es
música celestial para los oídos de cafres irresponsables, como el semental
llanero, que aún campean a sus anchas por la geografía nacional.
CLAM (2012). “Masculinidades y violencia”. Entrevista a Maira Riveros, Sep 12
EE (2012) “Movimiento Machista Colombiano, a responder penalmente”. El Espectador, Ago 17
EE (2016). "Demandas por alimentos aumentan en el país": El Espectador, Agosto 7
EE (2012) “Movimiento Machista Colombiano, a responder penalmente”. El Espectador, Ago 17
EE (2016). "Demandas por alimentos aumentan en el país": El Espectador, Agosto 7
K&K (2011). “El fundador del Movimiento Machista”. KienyKe, Agosto 16
Los Informantes (2016). “Conozca a Edilberto Barreto, el hombre detrás del Movimiento Machista Nacional”. El Espectador, Jul 25
Posada, Margarita (2016). "Seducir a una mujer es como preparar un caballo". Vice, Marzo 7